Choferes del hortelano

Written By Rodolfo Huallpa on miércoles, 12 de agosto de 2015 | 15:09


Algunas personas detestan ir a la hoyada paceña desde La Ceja. La avenida Marcelo Quiroga Santa Cruz, que une Ciudad Satélite en El Alto con la zona de San Pedro en La Paz, es una alternativa ideal y económica para evitar el fastidioso ruido de bocinas y las trancaderas en La Ceja. 

El panorama es más favorable porque en vez de tomar un incómodo minibús, que por falta del voceador te obliga a abrir y cerrar la puerta, se opta por un trufi “Correcamino” (nombre del sindicato) que, aunque es más cómodo, a veces es más aprieto, pero no importa porque, más allá de si te sientas a lado del chofer o en la parte de atrás, lo que interesa es que llegarás más rápido a tu destino. También apareció otro trufi recientemente, uno que sale desde Satélite y va hasta Obrajes, en la zona Sur de La Paz (no tuve la oportunidad de tomarlo).

En tiempo, un trufi desde Satélite hasta San Pedro tarda en llegar entre 15 a 20 minutos, dependiendo de la trancadera en cercanías a la cárcel de San Pedro. Un minibús, dependiendo del apuro del chofer, puede bajar toda la autopista en 10 o 12 minutos, pero sin tomar en cuenta las trancaderas que debe afrontar en La Ceja y el centro paceño.

Los costos son casi similares. Si se cuenta desde Satélite, el pasaje a La Ceja es Bs 1.00 y de ahí al centro de La Paz, Bs 2.50. Total Bs 3.50, misma cantidad que se debe pagar al trufi que va desde Satélite hasta San Pedro.

Estas consideraciones han permitido a más de uno optar por los trufis o el tradicional bus 27, que también hace el recorrido Satélite–San Pedro, en vez del minibús de La Ceja. Es así que año tras año, el flujo de pasajeros y la expansión de los Correcaminos –que antes operaban sólo desde Ciudad Satélite y ahora desde el cruce Viacha– se eleven y deriven en filas y filas de personas en los horarios pico. 

Yo por ejemplo, debo esperar en las mañanas entre 5 a 10 minutos para abordar uno de estos “rapiditos” que me lleve a San Pedro. Como alguien me dijo: “mientras más apurado estés, peor es la fila”. 

El incremento de pasajeros y la falta de trufis han provocado que los minibuseros frustrados o multados, uno que otro oficinista que tenga su carro o algún chofer del transporte libre “robe” (para los correcaminos) o “cargue” (para los enfilados pasajeros) personas y así exista una transacción mutua: ‘no hagas fila, yo te llevo y me pagas igual’ (aunque a veces te cobran más de Bs 3.50). De esa relación los más afectados son los trufis sindicalizados que ven mermados sus clientes y sus ganancias.

Esta favorable carrera para los pasajeros, ha motivado en más de una oportunidad la concentración de choferes del sindicato de un trufi cualquiera para pintarrajear y agredir a los choferes y sus motorizados que van por su ruta. (VEA EL VIDEO)

Pero me molesta que esto pase, cuando los responsables de que aparezca el transporte libre copando rutas son los mismos sindicatos que no abastecen la demanda de pasajeros, sumado a sus irregulares tiempos de trabajo (los lunes no hay transporte por la farra que algunos choferes le meten los domingos de fútbol) y su indiferente trato en algunos casos. 

Más de una vez vi como el minibusero que me salvó de estar soportando una fila de 20 minutos fue agredido con piedras y pintura por estos choferes del hortelano que no trabajan regularmente y no dejan que otros trabajen (los salven) de su irresponsabilidad de no asistir a su fuente laboral. 

No estoy en contra del servicio que ofrecen, porque quizá, como dije más antes, es mejor que el que ofrecen los minibuseros sindicalizados, pero no estoy de acuerdo con que utilicen la violencia, el abuso y la pandilla para dañar movilidades ajenas o golpear a choferes que no tienen otra culpa que la de haber encontrado una veta de oro que no está siendo aprovechada por los trufis. 

Trufi del sindicato Correcaminos, la paz, Bolivia
Trufi del sindicato Correcaminos.
Foto: Rodolfo Huallpa


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